Microbiota y Patologías de la Piel: ¿Cuál es la Relación?
En la superficie de tu piel vive una comunidad invisible, pero vital para su salud: la microbiota cutánea. Este ecosistema de microorganismos funciona como una defensa natural, ayudando a mantener el equilibrio y la protección de la piel.
Sin embargo, cuando este balance se rompe, la piel puede volverse vulnerable, abriendo paso a problemas como el acné, la dermatitis, la psoriasis o la rosácea.
En el blog de hoy te revelamos cómo la microbiota influye en cada una de estas patologías de la piel, por desgracia cada vez más comunes y te damos los secretos para mantenerla en equilibrio y disfrutar de una piel radiante y saludable.
El papel de la microbiota en las enfermedades cutáneas
La microbiota cutánea se forma desde el momento del nacimiento, y es única en cada persona, influenciada por factores tanto internos como externos. Los factores internos incluyen la edad, el sexo, la genética, las variaciones entre diferentes áreas de la piel e incluso las diferencias individuales. Los factores externos, por su parte, abarcan el estilo de vida, el exceso de higiene, el uso de cosméticos, los antibióticos, el clima y la localización geográfica.
Estos microrganismos que habitan con nosotros juegan un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis cutánea, protegiendo contra patógenos invasores y regulando el sistema inmunológico, entre otras funciones.
El problema está cuando esta microbiota se ve alterada, a esto lo denominamos disbiosis y hace referencia a un desequilibrio en las comunidades microbianas de ciertas áreas del cuerpo, lo que puede desencadenar o agravar diversas enfermedades. Entre las patologías cutáneas asociadas a la disbiosis se encuentran:
La dermatitis atópica es una de las patologías crónicas inflamatorias más comunes de la piel, llegando a afectar a un 15-20% de los niños y hasta un 2-10% de adultos. Entre los factores desencadenantes se ha estudiado mucho el efecto de la genética, disfunciones en la barrera cutánea, alteraciones en el sistema inmune y más recientemente, se está estudiando el papel del microbioma, cobrando un papel crucial en el manejo de esta patología.
Se ha visto en estudios recientes que más del 90% de los pacientes con DA están colonizados por S.aureus, tanto en las áreas lesionadas como en las no lesionadas. Además, se ha visto una disminución de la biodiversidad de los microorganismos buenos para la piel que presenta una correlación directa con la disminución de la biodiversidad bacteriana.
La dermatitis seborreica es otra de las enfermedad crónicas inmunitarias de la piel más frecuentes, en este caso el sistema inmunológico de una persona provoca un crecimiento acelerado de las células de la piel. La DS está muy relacionada con el hongo Malassezia spp. Este hongo coloniza las áreas más seborreicas de la piel donde utiliza ácidos grasos saturados y deshecha los ácidos grasos insaturados (ácido oleico), lo que altera la función barrera de la piel y desencadena una respuesta inflamatoria, provocando eccemas y descamación, muy característicos en esta afección.
Por tanto, controlar el crecimiento de Malassezia spp. en estos pacientes va a ser una parte fundamental de su tratamiento.
La rosácea es una patología crónica inflamatoria de la piel caracterizada por un eritema en la parte frontal de la cara que suele ir asociado con pápulas y pústulas.
Se ha visto en estudios reciente que ciertas cepas de microorganismos, como Demodex y Staphylococcus epidermidis, muestran efectos negativos en la rosácea, mientras que otras, como Cutibacterium acnes y Acinetobacter, tienen efectos protectores.
La alopecia areata es un tipo de caída capilar no cicatricial, que puede variar desde parches bien definidos hasta una pérdida difusa o total, afectando a todas las áreas donde crece cabello.
Las causas de esta patología no están muy bien definidas por el momento, se cree que la destrucción del folículo piloso mediada por el sistema autoinmune y la activación excesiva de vías inflamatorias pueden estar relacionadas con la aparición de AA. Y estas alteraciones en el sistema inmune están influenciadas por la genética, factores medioambientales, y la microbiota, tanto cutánea como intestinal.
Estudios recientes han visto un aumento de C.acnes y una disminución de S.epidermidis en personas con AA.
La psoriasis vulgar (PV) es un trastorno inflamatorio crónico con una prevalencia mundial del 2%. La PV resulta de una compleja interacción entre la predisposición genética y factores ambientales que provocan una disfunción inmunológica, lo que desencadena una rápida proliferación de queratinocitos y la infiltración de células inmunitarias, formando placas eritematosas y escamosas.
Se ha visto que la mayor parte de estos pacientes están colonizados por Staphylococcus (S.aureus, S.sciuri, etc.) y presentan una disminución de S.epidermidis, C.acnes y C.granulosum.
En estos casos, el uso de prebióticos y simbióticos puede tener un efecto beneficioso como tratamientos complementarios en la psoriasis, al modificar las respuestas inflamatorias.
El acné es una patología crónica inflamatoria del folículo pilosebáceo que afecta a más del 85% de los adolescentes. Su fisiopatología incluye un incremento de la producción sebácea, una hiperqueratinización, inflamación y una alteración en la microbiota cutánea, en concreto en C.acnes.
Históricamente se pensaba que C.acnes en general estaba muy aumentado en estos pacientes, pero investigaciones más recientes señalan que en realidad el que esta muy aumentado es uno de los grupos filogenéticos de C.acnes, el IA1, provocando una cadena inflamatoria, una mayor resistencia a los antibióticos y proliferación de los queratinocitos.
Tratamientos que favorecen la microbiota y mejoran las patologías cutáneas
Ya hemos visto el papel crucial que juegan los microorganismos en la salud de nuestra piel, pero probablemente te estés preguntando: ¿Cómo puedo mantener mi microbiota en equilibrio para prevenir enfermedades dermatológicas?
La clave, como siempre, está en la prevención. Para mantener una microbiota cutánea equilibrada, es fundamental seguir una alimentación saludable, evitar el uso excesivo de productos de higiene demasiado agresivos y limitar el uso excesivo de antibióticos. También es beneficioso pasar tiempo en la naturaleza, ya que el contacto con el entorno natural favorece un microbioma diverso y fuerte.
Desde el enfoque cosmético, podemos recurrir a productos que contengan prebióticos y postbióticos. Los prebióticos nutren los microorganismos beneficiosos de nuestra piel, mientras que los postbióticos son los metabolitos de los propios microorganismos y ayudan a fortalecer y mejorar la defensa frente a los microorganismos patógenos. Esto se traduce en una piel más sana, equilibrada y resistente a las agresiones externas.
En Green Cornerss, siempre buscamos ofrecer soluciones completas para algunos de los problemas cutáneos más comunes. Por eso, hemos incorporado activos pre y postbióticos en nuestras fórmulas. Por ejemplo, nuestra crema facial de repollo está enriquecida con prebióticos, mientras que el champú de guisante y la crema de pies de tomate contienen postbióticos para cuidar y proteger tu piel de manera integral.
Bibliografía
Zhang XE, Zheng P, Ye SZ, Ma X, Liu E, Pang YB, He QY, Zhang YX, Li WQ, Zeng JH, Guo J. Microbiome: Role in Inflammatory Skin Diseases. J Inflamm Res. 2024 Feb 15;17:1057-1082. doi: 10.2147/JIR.S441100. PMID: 38375021; PMCID: PMC10876011.
Carmona-Cruz S, Orozco-Covarrubias L, Sáez-de-Ocariz M. The Human Skin Microbiome in Selected Cutaneous Diseases. Front Cell Infect Microbiol. 2022 Mar 7;12:834135. doi: 10.3389/fcimb.2022.834135. PMID: 35321316; PMCID: PMC8936186.
Dejar un comentario
Este sitio está protegido por hCaptcha y se aplican la Política de privacidad de hCaptcha y los Términos del servicio.