
Diferencias entre radiación UVA y UVB: Cómo afectan a tu piel
¿Sabías que no toda la radiación solar afecta igual a tu piel? Con la llegada del verano y el aumento de la exposición al sol, es más importante que nunca entender las diferencias entre los rayos UVA y UVB. Aunque ambos forman parte de la radiación ultravioleta, actúan de forma distinta y provocan daños diferentes en nuestra piel, desde el envejecimiento prematuro hasta las temidas quemaduras. Por eso, protegernos correctamente de ellos no es una opción, ¡es una necesidad!
En este blog te explicamos cómo actúa cada tipo de radiación y cómo elegir un buen solar para que te proteja eficazmente de todas ellas. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la radiación ultravioleta y por qué debemos protegernos?
La radiación ultravioleta (UV) es una forma de energía que emite el sol y que, aunque no podemos verla, sí impacta directamente sobre nuestra piel. Existen tres tipos principales de radiación UV según su longitud de onda: UVC, UVB y UVA.
La radiación UVC es la más peligrosa, pero afortunadamente es filtrada por la capa de ozono y no llega a la superficie terrestre. En cambio, los rayos UVB y UVA sí atraviesan esta capa y alcanzan nuestra piel, especialmente ahora que la capa de ozono se ha ido debilitando en algunas zonas del planeta.
Aunque la exposición solar tiene efectos positivos, como estimular la síntesis de vitamina D o mejorar ciertas patologías cutáneas, también puede provocar daños importantes en la piel, tanto a corto como a largo plazo. Por eso es fundamental conocer cómo actúa cada tipo de radiación y cómo podemos protegernos de forma eficaz de todas ellas.
Radiación UVB: características y efectos en la piel
La radiación UVB es la más energética dentro del espectro ultravioleta que alcanza la superficie terrestre (280-320 nm) y representa un 5% de la radiación UV que nos llega. Aunque solo penetra en la capa más superficial de la piel, la epidermis, su impacto es muy significativo.
Es la principal responsable de las quemaduras solares (eritema) y uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de melanoma y otros tipos de cáncer de piel. También es la que estimula la producción de melanina, el pigmento que da lugar al bronceado, por lo que está especialmente presente e intensa durante los meses de verano.
Además, los rayos UVB pueden producir inmunosupresión, lo que explica por qué muchas personas propensas sufren herpes labiales tras una exposición solar intensa.
Radiación UVA: características y efectos en la piel
A diferencia de la UVB, la radiación UVA tiene una longitud de onda más larga (320-400 nm), lo que le permite penetrar más profundamente en la piel, alcanzando la dermis. Representan un 95% de la radiación UV y aunque es menos energética, su capacidad de causar daño a largo plazo es muy significativa.
Está presente durante todo el año y es constante a lo largo del día. Atraviesa nubes, cristales y ventanas, por lo que nos afecta incluso en días nublados o cuando estamos sentados delante de una ventana.
La radiación UVA es la principal responsable del fotoenvejecimiento prematuro: arrugas, elastosis solar, manchas y flacidez. Además, contribuye al desarrollo de radicales libres que alteran el ADN celular, y por tanto, también se asocia al riesgo de cáncer de piel. Y, por otro lado, produce inmunosupresión y es responsable de las alergias solares y reacciones fototóxicas.
A diferencia de los UVB, los rayos UVA no provocan quemaduras visibles, por eso a veces pasan desapercibidos.
Principales diferencias entre rayos UVA y UVB
Como has visto, aunque ambos tipos de radiación ultravioleta proceden del sol, sus características y efectos sobre la piel son muy distintos. La profundidad a la que penetran, su intensidad y los daños que provocan varían considerablemente. Para entenderlo de forma rápida y visual, te dejamos una tabla comparativa con las diferencias clave entre los rayos UVA y UVB:
Cómo proteger tu piel de la radiación UVA y UVB
Ya hemos visto los efectos dañinos que la radiación solar puede causar en nuestra piel, así que resulta evidente que protegernos correctamente es fundamental si queremos prevenir el envejecimiento prematuro, las quemaduras y el riesgo de cáncer de piel.
Pero ahora bien, surge una duda habitual: ¿basta con usar un fotoprotector con un SPF alto? La respuesta es no.
El FPS (o factor de protección solar) indica únicamente la protección frente a la radiación UVB, responsable de las quemaduras. Sin embargo, nos estaríamos olvidando de los rayos UVA, que también penetran profundamente y son los grandes responsables del daño celular, manchas y envejecimiento cutáneo.
Para saber si tu protector solar también cubre frente a la radiación UVA, debes buscar en el envase el símbolo UVA dentro de un círculo o bien la escala PA+++ o PA++++, que indica una alta protección frente a esta radiación.
Cuando un fotoprotector protege tanto frente a UVA como UVB, y además incluye defensa frente a la luz azul y la radiación infrarroja A (IR-A), estamos ante un fotoprotector de amplio espectro. Estos son los más completos y eficaces, ya que ofrecen una protección global frente a todo el espectro de radiación solar que daña la piel.
Y además de protegernos cada día con un fotoprotector de amplio espectro, no podemos olvidarnos de la importancia de la fotoprotección física. Debemos complementar la protección solar con elementos como gorras, sombreros, gafas de sol o camisetas, especialmente durante las horas centrales del día, cuando la radiación es más intensa.
Proteger nuestra piel no solo se trata de aplicar una crema, sino de adoptar una rutina consciente y completa que nos permita disfrutar del sol sin poner en riesgo nuestra salud cutánea.
¿Qué tipo de protector solar debo elegir?
Si no sabes por dónde empezar a la hora de elegir un fotoprotector de amplio espectro, no te preocupes: la clave está en conocer tu tipo de piel y sus necesidades. A partir de ahí, podrás encontrar la opción más adecuada para ti.
Existen dos grandes tipos de filtros solares:
- Filtros químicos: Suelen tener texturas más ligeras y fluidas. Sin embargo, en pieles muy sensibles o reactivas pueden provocar irritaciones o reacciones alérgicas.
- Filtros físicos o minerales: actúan como una barrera que refleja la radiación solar. Aunque pueden dejar un acabado más blanquecino, son la opción ideal para bebés, personas con piel atópica, con intolerancia a los filtros químicos, tras procedimientos estéticos o simplemente para quienes buscan productos más naturales.
Si este es tu caso, una opción excelente es el protector solar facial de Green Cornerss. Está formulado con filtros 100% minerales y un toque de color natural que ayuda a disimular el efecto blanquecino típico de este tipo de filtros, dejando un tono unificado y efecto buena cara. Además, incorpora carnosina, un activo con acción antiedad, e ingredientes hidratantes que lo convierten en la elección perfecta si buscas una rutina sencilla, eficaz y cómoda para el día a día. Aplícalo como último paso de tu rutina de mañana a diario y replícalo cada 2 horas si estas expuesta a radiación solar.
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