
¿Cómo afecta el agua dura a la piel y qué puedes hacer para evitarlo?
Si vives en zonas costeras o sueles pasar allí tus vacaciones, es probable que hayas notado que el agua del grifo no es como la de tu casa: la piel se queda más tirante después de la ducha, el cabello pierde brillo o incluso tu dermatitis atópica se vuelve más difícil de controlar. Esto no es casualidad, se debe a la dureza del agua, un factor que influye más de lo que parece en la salud de nuestra piel y cabello.
En el blog de hoy te contamos cómo afecta realmente el agua dura a tu piel y, lo más importante, qué puedes hacer para protegerla y mantenerla en equilibrio.
¿Qué es el agua dura y por qué puede dañar la piel?
El agua dura es aquella que contiene una alta concentración de minerales, principalmente sales de calcio y magnesio. Estos minerales, aunque no suponen un riesgo para la salud en general, sí pueden alterar la función barrera de la piel y afectar negativamente a su equilibrio natural.
En España, las zonas con aguas más duras se concentran especialmente en regiones costeras, como la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y parte de Andalucía oriental. Si vives en alguna de estas áreas, o veraneas allí, es probable que tu piel lo note. A continuación, te dejamos un mapa con la dureza del agua por comunidades autónomas para que puedas identificar cómo es el agua en tu zona.
Efectos en pieles sensibles o con tendencia atópica
Puede parecer sorprendente que el agua tenga tanto impacto en la piel, pero lo cierto es que existen varios mecanismos por los que esto ocurre:
- Alteración de la función barrera: El calcio y el magnesio, se van depositando sobre la superficie cutánea y se acumulan en el manto hidrolipídico. Esta interacción puede debilitar la función barrera natural de la piel, favoreciendo la pérdida de agua transepidérmica y dejando la piel más seca, tirante y áspera al tacto.
- Modificación del pH cutáneo: El agua dura tiene un pH ligeramente alcalino, mientras que el pH de la piel es ligeramente ácido (en torno a 4.5–5.5). Este pH ácido es clave para mantener el equilibrio del microbioma cutáneo y protegernos frente a microorganismos patógenos. Cuando este se ve alterado, aumenta la susceptibilidad a irritaciones, infecciones y brotes de dermatitis.
- Problemas con el aclarado: El alto contenido en minerales del agua dura dificulta la eliminación completa de los productos de higiene, como geles y champús. Esto favorece la acumulación de jabones sobre la piel y el cuero cabelludo, lo que puede generar irritación e incluso sensación de suciedad.
Teniendo en cuenta estos factores, se han llevado a cabo diversos estudios que han confirmado la relación entre la dureza del agua y una mayor prevalencia de dermatitis atópica. Esta asociación se ha observado especialmente en regiones con agua muy calcárea y en población pediátrica, lo que refuerza la importancia de controlar este factor en el cuidado de las pieles más sensibles.
Cómo proteger la piel de los efectos del agua dura
Seguramente ahora te estarás preguntando qué puedes hacer para prevenir o reducir los efectos del agua calcárea en tu piel. ¿Es posible suavizar el agua del grifo? ¿Qué tipo de productos cosméticos conviene usar si vives en una zona con agua muy dura?
No te preocupes, porque a continuación te damos varias estrategias efectivas para proteger tu piel y minimizar los efectos de la dureza del agua, sin necesidad de mudarte de ciudad:
- Filtros de agua: Una de las soluciones más eficaces es incorporar sistemas de filtrado o descalcificación en la ducha o en la entrada de agua de la vivienda. Estos dispositivos ayudan a reducir significativamente la concentración de calcio y magnesio, mejorando la calidad del agua que entra en contacto con tu piel y cabello.
- Usar productos específicos para pieles sensibles: En zonas con agua dura, es fundamental optar por limpiadores suaves, sin sulfatos agresivos, y con pH fisiológico. También es muy recomendable el uso de emolientes y cremas que refuercen el manto hidrolipídico, minimicen la pérdida de agua y calmen posibles irritaciones.
- Ducharse adecuadamente: Es fundamental reducir el tiempo bajo la ducha para minimizar el impacto del agua dura sobre la piel. Lo ideal es no superar los 5 minutos, utilizar agua tibia (nunca caliente) y prescindir de esponjas, ya que pueden favorecer la irritación cutánea.
- Champús quelantes: En zonas con aguas muy calcáreas, el cabello también se ve afectado. Una buena estrategia es alternar tu champú de uso frecuente con un champú quelante. Este tipo de fórmulas están diseñadas para eliminar el exceso de minerales acumulados, ayudando a mantener el pelo más suelto, brillante y libre de residuos.
Recomendaciones de productos para piel sensible y atópica
Como hemos visto, elegir un buen gel suave y una crema emoliente adecuada es clave para proteger la piel frente a los efectos del agua dura, especialmente si tienes la piel sensible o con tendencia atópica. Sin embargo, con la cantidad de opciones disponibles en el mercado, puede resultar difícil saber por dónde empezar.
Dos opciones muy recomendables son el Gel de ducha syndet de Green Cornerss y la Crema hidratante de avena.
El gel de ducha es muy suave y respetuoso con la piel, además contiene activos calmantes e hidratantes, que dejaran tu piel con una gran sensación de emoliencia.
La crema de avena, por su parte, es perfecta para hidratar en profundidad, calmar el picor y la irritación, reparar la piel y reequilibrar su microbiota. Su textura ligera y de rápida absorción la hace ideal para usarla al menos dos veces al día, especialmente justo después de la ducha, cuando la piel está todavía ligeramente húmeda, para potenciar su efecto hidratante.
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